El mundo no se acaba hoy!

El mundo no se acaba hoy!
Adriana Klisys

El conejo de Alicia, con su prisa mirando el reloj: - ¡Llego tarde, llego tarde!

¿Quién no se ha sentido asi unos días, semanas, meses, año o peor... durante toda la vida? Esta sensación de prisa tan bien expresado por Lewis Caroll en su libro - Alicia en el país de las Maravillas - es un mal de los grandes centros urbanos.

En una ciudad como São Paulo, México, Nueva York o Pekin hay muchos conejos con sus relojes acelerados. Yo misma tengo que recordarme para no entrar en esta rueda viva que la ciudad con su prisa nos aprisiona.

Tantas cosas suceden al mismo tiempo y el deseo de participar de muchas de ellas nos dejan fuera del mundo, en ningún lugar y en estos momentos tengo ganas de parar, de mirar la vida con tranquilidad, con ojos de poeta, con serenidad del pez oriental en el lago, ganas de cerrar los ojos al sol y sentir los párpados rojos del calor iluminado del sol, jugar con las luces que nuestras pestañas producen al pestañar. Disfrutar del momento, solamente del momento, como hacen los pequeños, principiantes en los secretos de la vida.

Mientras reflexiono sobre el sentido del tiempo presente recuerdo a dos niñas jugando con unas palabras imantadas de esa que se pegan en la nevera y componen esta joya: “quiero sentir una nube” . Sí! Hay que sentir la naturaleza , la lluvia que lava nuestra alma, la risa de un niño jugando con su abuelo. Hay que vivir, sentir, emocionar, enamorar con vivacidad, estar con los amigos, con las personas queridas, hay que brindar por la vida, porque morimos cada día. No deberíamos perder la perspectiva de la muerte para hacer cosas realmente imprescindibles, cosas con sentido, que nos anime la capacidad creativa y sensitiva.

Escribo estas líneas para convencerme del sentido de todo esto y me he puesto a pensar porque hoy estaba en uno de aquellos días en que quería abrazar el mundo.
Una agenda de 72 horas condensada en uno solo dia... Dormir, para qué si cada minuto debería rendirme como 3!? Sin embargo... estaba en este momento de dispersión mental, conversando con mi padre al telefono, cuando me dijo una cosa imprescindible que me hizo conectar con la tierra con sus sabias palabras: " hija, el mundo no se acaba hoy! Vaya con calma!"